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Mostrando entradas de julio, 2012

las etiquetas

Cuando tenia 20 años, año arriba, año abajo, trabajaba en una distribuidora de productos para la limpieza de los coches. Yo trabajaba en la oficina y tenía una compañera…mas maja…mas buena….mas bonica, en todos los sentidos….cuando se reía, se le cerraban los ojillos como un dibujito manga. Un día, el empleado de almacén se puso enfermo y nuestro jefe nos pidió el favor de quedarnos un rato mas para ponerle al abrillantador de salpicaderos, las etiquetas. Antes no venían ya montados, los teníamos que montar nosotros, en este caso, el chico del almacén, pero como estaba enfermo, ahí estábamos mi compañera y yo pegando etiquetas a los aerosoles. Estuvimos más de tres horas, después del horario de oficina y cuando terminamos la faena, yo me fui antes que ella porque ella vivía al lado del almacén y me dijo que se iba a quedar colocándolos en sus cajas para la distribución del pedido al día siguiente. Mi compañera era un poco mayor que yo, pero no mucho, tenía dos hijos p

La señora de las grapillas (la comunidad de las grapas)

Hubo un tiempo, en una tierra muy lejana, unos extraños seres que solo vivían pendientes de un tesoro, el cual, todos perseguían….¡las grapillas!. La señora de las grapillas, vivía en Mordorina, era una ciudad donde habitaban los seres más extraños que jamás te podras encontrar.  En esa ciudad vivian todos ellos, la posadera, la señora de las grapillas (única poseedora), Pavuron  y dos súbditos, los cuales solo podían hablar gesticulando con la cabeza. En la otra ciudad, al otro lado de los aéreos, vivían los elfos y más abajo, los orcos. Había una bruja llamada Sauroki que era colaboradora en los quehaceres y rescate de “las grapillas”….Cierto día, estaba Sauroki dándole instrucciones a su compañero de batallas….”Pépolas, ve a la comunidad de las grapillas y traete las grapas que puedas, solo así podremos salvar a los orcos de una muerte segura”…”y ya sabes, ten cuidado con Pavuron, que si se vuelve bicicleta, puedes correr la mas angustiada de las suertes”. Pépo

La visita

Recuerdo un verano, en el que a mi cuñado y a mi hermana mayor, les dio por hacer visitas y claro, como estábamos mijica y yo con ellos, pues teníamos que acompañarlos porque a ellos les gustaba mucho. También iba mi sobrino, o sea, su hijo. Un día, nos dice mi cuñado…”Coni, veniros con nosotros que vamos a ir a visitar a unos amigos que han venido de vacaciones y han cogido una casita aquí cerca”…yo le conteste que no tenía muchas ganas, pero ellos se empeñaron en que fuésemos con ellos y así lo hicimos…mijica, mi sobrino, o sea su hijo, y yo. Mi cuñado, conociéndome, me dice que me porte bien y que no haga una de las mías….”Coni, no te rías, se correcta y se formal”….también me dijo que esos amigos suyos eran muy exquisitos y tenían mucho “glamour”, cosa que a mí me dio más pereza aun el tener que acompañarles a dicha visita. Pues nada, llega la hora de la visita y nos arreglamos mijica, mi sobrino, o sea su hijo, y yo. Nos montamos en el coche y nos vamos. Lleg

The walking bogavante

Recuerdo unas navidades, que a mi amigo Salva, le dio por hacer bogavante en arroz. ¡No he probado paella más rica en mi vida!….la que se hace con bogavante. Mijica y yo nos poníamos las botas. Al poco tiempo, voy al “súper” y me acerco a la sección de los pescados muertos….pero…¡ahí estaba el!, “tó vivo”, esperándome, susurrándome al oído…”llévame contigo”…casi podía oírlo….”te hare el mejor caldo para arroz que hayas comido jamás”…me susurraba una y otra vez….y yo lo miraba y miraba alrededor….y nadie lo oía, solo yo…y pensé “ah, pues a este me le llevo pa casa” como diría una madrileña. Cuando me toca el turno, le digo a la dependienta de pescados muertos….”póngame ese bogavante,  por favor y si es tan amable, me lo trocea con el hacha esa que tiene usted ahí” y la dependienta de pescados muertos, me mira, abre mucho los ojos y me dice…”pero señora, si esta vivo y es muy grande….¿cómo se lo voy a trocear? Esto lo tiene usted que hervir primero y luego lo echa a

Escondida...

Vuelves una y otra vez y escondida en el silencio me encuentras atada de pies y manos. No encuentro salida, me secuestra tu halo, tu aroma, tu piel, tu risa….tus manos. Amarillos son los recuerdos de algo que no pudo ser y que fue en lo más profundo… Escondida en los recuerdos me hallo, por el canto de sirenas, abducida, en el susurro del viento…. y en tu mirada, perdida. Coni Ailan

Aquel verano...

Un verano, de un año cualquiera, en el que mijica era pequeña y lola también, (lola es mi sobrina), decidimos mi hermana Ana y yo irnos un mes de vacaciones a un poblado acuoso…si, de esos que se les sale el caldo por un lado….de esos que cuando amanece y ves ese caldito tranquilo piensas….¡Dios existe!...de esos que te tomas un helado a la orilla del caldo y no te da tiempo porque se te expande por todo el brazo como un extraterrestre. Pues a un poblado de esos a los que suele acudir la gente en verano. Nos dejaron un pisito….un pisito calurosísimo, pero un pisito y ahí nos metimos, ambas hermanas, con ambas hijicas. Yo recuerdo, que me había llevado 50 refrescos de cola que compre donde curraba porque teníamos una máquina expendedora de esas y el hombre me las vendió a precio normal…ahora ese hombre no puede hacer eso porque el Iva ha subido a verle…si, si, ese hombre se llamaba Mariano y un dia llamo el Iva, que era un amigo suyo que se llamaba Ivan, pero le decían Iva

la cosa rara.

¿Os acordáis de la casita de la playa?...¡si, esa del chupacábras!...pues en esa casita donde íbamos los veranos, había una placeta en la puerta donde nos salíamos a tomar el fresco por la noche y si se presentaba, pues nos dormíamos ahí también. Una noche, nos salimos a la puerta mi sobrino y yo con una cervecita y un cigarrito. Nos encantaba apagar todas las luces porque estaba tan oscuro, que entonces podíamos ver todas las estrellas del cielo…nos tumbábamos bocarriba y ahí nos pasábamos los ratos hablando, fumando un cigarrillo y bebiendo café o cervecita fresca….¿hay algo mejor en verano?....A lo lejos se oían las olas romper en las rocas…..Era campo y playa. Pues estábamos ahí una noche de un plácido domingo….cuando de repente, escuchamos unos sonidos raros a lo lejos, semejantes al llanto de un niño….o al gritar de una gaviota…era una mezcla rara. Yo me levanto y grito, intentando imitar esa cosa….”uuuaaaaahhhh….aaauuuuhhhhh”…entonces…silencio….cuando de repent

Quemada.

Cuando era pequeña, me pasaba como a todos los niños, que no paran de inventar. Cierto día, estaba mi madre preparando unos refrescos para una visita que había llegado a casa. Como algunos de vosotros sabéis, las cubiteras de antes, eran de aluminio y cuando las sacabas del congelador, estaban cubiertas de una fina capa de escarcha. Mi madre, las dejaba encima de la encimera para que se quitara esa escarcha y sacar mejor y más fácilmente los cubitos. Yo me quedaba mirando las cubiteras porque casi se podían hacer dibujos con el dedito en las mismas. Mis ojos, llegaban a la orilla de la encimera estando de pie. Solo tenía siete añitos. En un descuido de mi señora madre, saco mi lengua y la pongo en la zona metálica de la cubitera…esa que estaba cubierta de escarcha….¡ay Señor! ¿Cómo se me ocurrió tal cosa?...se me quedo pegada toda la lengua en la superficie metálica, creyendo yo que me iba a refrescar chupando esa cosa. Empecé a gritar como pude, porque eso no había m

Acurrúcame.

Méceme en tus recuerdos. Guárdame en tus pupilas. No dejes que me hieran, no me hieras tu tampoco, porque sangran mis silencios, cuando no estás a mi lado, cuando no tengo guarida, porque no estás tú, mi amado. No me olvides, aunque tirada, me encuentro en tu olvido. Tirada en tus recuerdos…. y en tu alma, abandonada. Ladridos lejanos aúllan…. ¿para cuándo otra vez tu amada? Coni Ailan.

le llamaban "crack"

Estuve currando en una empresa que tuvo que terminar como todas hoy en día…¡cerrando!. Era una empresa maravillosa. Estábamos todos muy unidos y muy contentos. Nuestro jefe era el mejor de todos los jefes, mejorando los presentes que lean esto…..No era de nuestro poblado, así que, solo le veíamos una vez por semana. Nos pagaba horas extras o tiempo libre y las nominas las ingresaba antes del día 1 de cada mes. Respetaba el calendario laboral al dedillo…y nos daba beneficios de la empresa, dos veces por año….y regalazos por navidad. Un verdadero jefe. Harto ya el hombre de hacer viajes al poblado, ya que estaba tan mayor y aprovechando de que se le había ido el contable de la empresa, decide meter a otro, del cual tenía referencias porque curraba en la empresa de al lado que tuvo que cerrar. El hombre que había contratado, era un hombre normal, aparentemente…todo digno él. Llegaba, se metía en el despacho y se dedicaba a dar órdenes. “Fulanica, tráeme esto o fulanica,

la puerta metalica

Cuando se es joven, adolescente, jovencísimo….uno hace muchas tonterías y entre las más destacadas esta el espiritismo. Un día, quedamos la pandilla, (que antes había de eso), para hacer espiritismo en un bajo de un amigo. Eso consistía en poner el abecedario escrito en papelitos, cada letra en un papel y un vaso “bocadebajos” (bocabajo). Se ponen los dedos índices encima del vaso y con los papelitos se hace un circulo…y el vaso va deletreando las respuestas a las preguntas que se le va haciendo….al vaso. Pues llegamos al bajo, nos sentamos en el suelo alrededor de dicho circulo de papelitos y ponemos el vaso….”a ver, ¿Quién empieza a preguntar?”….decía uno….”yo mismo”…decía otro….y así una pregunta detrás de otra y el vaso corre que te corre con los dedos encima….”s o y t u a b u e l a”…decía el vaso….y claro, a mí lo que más me llamaba la atención, porque no creo en esas cosas….pienso que un espíritu, en caso de que pudiera comunicarse con los vivos, lo haría de otr

las avispas

Ay, amigos ….¿a quién de vosotros no les dan miedo las avispas?...yo creo que todo el mundo que ve una avispa, sale pitando…si solo hay que ir a la playa y sentarse a observar…por lo menos yo, si se me acerca una y estoy tan plácidamente tomando el sol, de repente me levanto y parece que estoy bailando una danza zulú. Manoteo, salto, corro en círculos, grito….en fin….que las avispas son unas molestosas. Que no digo yo que no tengan su función, que la tendrán, pero que también nos hacen actuar a nosotros como si de una obra musical se tratase…y de danza. Cuando mijica era pequeña, a mi me encantaba meterla en su cochecito (carricoche) y llevármela a un parque a tomarme algo, mientras que ella se distraía mirando los arboles. Un día, estábamos ahí las dos tan plácidamente, tomando algo, (yo, ella solo balbuceaba) cuando de repente, se acerca una avispa al carrito. ¡Ay! Doy un salto, y me pongo de pie…cojo un babero que llevaba y me pongo a volarlo por donde estaba la avispa

la lluvia

Cierto día, íbamos mi cacoli y yo caminando por la calle…y le digo a mi hermana cacoli….”cacoli, va a caer la del pulpo” porque estaba el cielo más negro que los cojones de un grillo. Mi cacoli, como ella es así, que no se le oscurece nada, me dice….”Coni, no te preocupes, que llevamos los paraguas”…¡ya ves! Miro en mi bolso y no había ningún paraguas pero ella, que es muy precavida, llevaba el suyo. Pues nos vamos hasta el final de una avenida caminando y al volver, se pone a llover, pero a llover como nunca habíamos visto…¡unas gotonas que parecían cubos de agua!...era tal el estruendo que no nos oíamos ni lo que decíamos….y mi cacoli se saca el paraguas de esos del todo a 100 (que ahora es todo a 100.000), lo abre, me mira y se ríe….y yo le digo….”pero cacoli, ¿Dónde vas con esa birria de paraguas? Y ella ríe que ríe….bueno, pues me meto debajo y …ayyyyyy ¡!!como llovía!!! Si eso parecía el diluvio universal, oiga. Como no nos oíamos del estruendo, me pongo a grita