Me encantan esas películas de casas grandotas, que vive una
mujer con sus hijos o un matrimonio… y que oyen ruidos que salen del sótano…
que el monstruo vive en el sótano y por la noche sube y se pasea por toda la
casa… que el perro se pone en la puerta y ladra y ladra y ladra. Me encantan
esas pelis, pero luego lo paso fatal porque, aunque mi casa es pequeña y solo
de una planta, se me queda la mente “trabiscorneá” y hasta que pasa un ratito,
estoy viendo monstruos por todos los rincones… eso me pasa por tener imaginación
chunga.
Pues ayer, estaba viendo una peli de esas… y cuando la
protagonista se decide a bajar al sótano, porque su hijo le dice que había un
monstruo, me sonó el teléfono… ¡ay dios mío de mi alma que susto me di!. Era una
amiga que cuida un bebe y tenía un apuro. Resulta que la habían llamado del
colegio porque su hijo tenía fiebre y se tenía que ausentar del trabajo un
rato, y me llamo para ver si yo le podía hacer el favor de quedarme con el bebe
mientras volvía su madre. Yo le dije que hablara primero con la madre, que no
me iba yo a presentar en una casa ajena sin que lo supiera la dueña y mi amiga
me dijo que ya la había llamado y que ella misma le había dicho que si tenía
alguna amiga de confianza que fuese, porque ella tenía una reunión y no podía dejarla.
Pues bien, me da la dirección y allá que voy a quedarme un ratito con el bebe…
¿y qué me encuentro cuando llego al sitio?... ¡un caserón de dos plantas!... y
le digo a mi amiga que yo ahí no me quedo… y mi amiga me dice que me deje mis tonterías
y que le tengo que hacer ese favor, si o si.
Se va mi amiga… y el bebe se hace kk… que claro, si llega a
ser pipi, pues me espero un poco, pero kk no. Todas las cositas para cambiar al
bebe estaban arriba. Lo cojo en brazos y miro al final de la escalera, con su
barandilla y su primera planta llena de habitaciones… y un perrito que tienen
mediano, detrás de nosotros todo el tiempo.
Entro al cuarto del bebe y mientras lo cambio, el perro sale
al pasillo ladrando… mi corazón se acelera y pienso… “los perros ladran cuando
oyen gente por la calle”… Termino de cambiar al bebe y bajo a la planta baja y
me siento con él en el sofá a jugar un ratito mientras llega la madre.
Al ratito, levanto la mirada… y me encuentro con una puerta
debajo de la escalera que sube a la planta de arriba y pienso… “¿eso no dará a
un sótano?”… yo no miro por si las moscas, prefiero pensar que es un baño o
algo así… pero mi mente se iba a la película y me daba un poco de miedito.
Al rato, veo que el perro se levanta de su sitio y se va para
esa puerta ladrando… mi corazón se acelera y oigo pasos… debe haber una
escalera, porque alguien la está subiendo… cojo al bebe y me voy un poco hacia
la puerta de entrada de la casa y de repente… ¡se abre la puerta del sótano!...
y pego un grito… y era la madre que subía de la cochera, esa puerta daba a una
cochera y al oírme, grita ella también… el bebe de oírnos se partía de la risa,
pero a mí, casi se me sale el corazón por la boca.
jajaja! Coni. eres genial! un beso gordo.
ResponderEliminarjajajajajajajajajajaja ayyyyy que cosas te pasan.. no se cómo puedes ver pelis de miedo, tu verás jajajaja
ResponderEliminarcaco
Coni esta vez tu imaginacion ha superado la realidad... te imagino en ese chalet sola y mirando para todos lados con el bebe en brazos jajaja te quiero Coni
ResponderEliminarPORRI
Coni, no eres la única. Las películas de terror, que las vea mi pelocho que me gustan mucho. A mí me da por mirar debajo de la cama. En cambio para otras situaciones soy valiente demás.
ResponderEliminarUna madrugada, creo que a las tres, oí ruido en la puerta de la cochera, bajé con un cuchillo de cocina, me puse detrás de la puerta y oía como la trasteaban pero no abrían. Que hago cuando abran?. Todo asustado. Y por fin se abrió y era mi hermano que a saber que tomó que no atinaba a abrir. Y la risa fue después cuando lo vi en pelotas. Le habían quitado la ropa. Me ha gustado mucho como lo has relatado.
También me he reído porque son situaciones para reír. Un beso!.